El Omega-3 es una forma de grasa poliinsaturada que el cuerpo obtiene de los alimentos. Se le considera, junto al ácido graso Omega-6, ácidos grasos esenciales. Esto quiere decir que, aunque nuestro cuerpo no puede producirlos, son importantes para la salud del ser humano ya que ejercen diversas funciones en nuestro organismo:

• Son un componente esencial de las membranas de todas las células
• Intervienen en los procesos de coagulación de la sangre
• Poseen acción antiinflamatoria
• Previenen enfermedades cardiovasculares
• Contribuyen a la reducción de los niveles de triglicéridos
• Ayudan a la función normal del cerebro

Dentro del grupo de los ácidos grasos Omega-3, el ácido eicosapentanoico (EPA) y el ácido docosahexanoico (DHA) son los más frecuentes.

Podemos decir que los principales beneficios son:

1_ A nivel cardiológico: 

• Inhiben agregación plaquetaria, con lo que impiden formación de placas dentro de los vasos sanguíneos
• Disminuyen los niveles de triglicéridos en todo tipo de sujetos
• Reducen la presión arterial y la viscosidad sanguínea

2_ A nivel neurológico: 

• Mantienen la función cerebral porque intervienen en el proceso neuronal.
• En madres gestantes lo consideran fundamental porque es una garantía del desarrollo neuronal del niño

Se ha demostrado experimentalmente que el consumo de grandes cantidades de Omega-3 aumenta considerablemente el tiempo de coagulación de la sangre, lo cual explica por qué en comunidades que consumen muchos alimentos con Omega-3, como los esquimales o los japoneses, la incidencia de enfermedades cardiovasculares es sumamente baja.

Las fuentes más habituales de ingesta de estos ácidos grasos son: los pescados azules y los de agua fría, como son el atún, el salmón, la caballa o las anchoas, entre otros. También podemos obtenerlos de vegetales, como el aceite de semilla de lino, semillas de cáñamo o en las nueces.

Según los trabajos recogidos dentro de la literatura científica, hay datos constatados que refuerzan la idea de los beneficios de los Omega-3. Es por esto que la OMS recomienda una ingesta de 2-3 gramos semanales de este ácido graso, lo que supone comer pescado azul entre dos y tres veces a la semana.

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