La piel de un bebé es muy sensible y todavía más cuando llega el verano, el calor, el sol -mucho sol- y las altas temperaturas. Si nosotros ya nos sofocamos y llegamos a agobiarnos en algunas situaciones, a ellos les pasa lo mismo. Por eso debemos tener en cuenta que hay que evitar exponerlos al sol y el calor en momentos del día con altas temperaturas, y esperar en esos días extremos a que la tarde “refresque” para salir a pasear.

Pero otro de los puntos importantes –el que más, diríamos nosotros- es el de la protección de la piel de nuestro bebé. Recuerda que no podemos proteger a nuestro bebé con cremas solares antes de los 6 meses, por eso debemos tomar todas las precauciones posibles para resguardarlo del sol, como salir a pasear con capota, mantener a nuestro bebé a la sombra en las horas centrales del día, ponerle gorrito y sobre todo, evitar que le de el sol de forma directa.

A partir de los 6 meses ya podemos utilizar cremas solares que nos aseguren una buena protección incluso en días nublados, pero no debemos dejar de tomar las medidas que hemos dicho para evitar exponerlo al sol.

No vale eso de “no hace sol, no hace falta”. Sí, sí que hace falta y mucho, porque esos días nublados son los que engañan y es cuando más sol se coge. Además, la piel de un bebé no es como la nuestra y enseguida puede quemarse, por eso aconsejan no quitarles la camiseta en la playa o por la calle aunque haga mucho calor.

Una buena crema solar, adaptada a su edad –o meses- y al tipo de piel de nuestro bebé es lo más aconsejable en cualquier caso. Lo mejor será preguntar en la farmacia habitual o consultarlo con nuestro pediatra, ellos serán los que mejor te informarán para la mejor protección solar para el bebé.

Además, desde El Naturalista te damos algunos consejos más para cuidar la piel de tu bebé:

  • Hidrata la piel de tu bebé varias veces al día. Es preferible que lo hagas varias veces al día con poca cantidad de producto, a que lo hagas pocas veces y con mucha cantidad. Después del baño es uno de los momentos perfectos.
  • Cambiar el pañal de forma frecuente. Lo más aconsejable es utilizar pañales de alta absorción para evitar en la medida de lo posible que el culito del bebé esté húmedo durante mucho tiempo.
  • Limpiar al bebé con toallitas o un esponja húmeda. Cuando les cambiamos el pañal debemos fijarnos en que queden bien limpitos.
  • Usar crema en pasta o pomada. Así evitaremos que les salgan rojeces o irritaciones cada vez que les cambiamos o a causa de la humedad.
  • La ropa natural. Debemos ver que la ropa de nuestro bebé sea siempre de tejidos naturales, como el algodón, por ejemplo. Y lavarla siempre con detergente suave, sin suavizantes ni lejía.

¡Y a disfrutar del veranito!