Con la llegada definitiva del verano, también han llegado las olas de calor, las altas temperaturas y el sol abrasador. Un sol que proporciona muchos beneficios para nuestro cuerpo pero que también nos puede causar muchos otros efectos perjudiciales para nuestra piel y nuestro organismo, como acelerar el envejecimiento de la piel o diversos tipos de cáncer cutáneo.

En nuestra piel se encuentra la melanina, para muchos es una palabra común, pero seguramente no sepas a ciencia cierta cuál es su labor. La melanina es un pigmento responsable del color de la piel, del cabello e incluso del iris de los ojos. Esta sustancia evita que los rayos ultravioleta del sol dañen nuestro organismo. Funciona como un fotoprotector natural y es la responsable del aspecto bronceado de la piel cuando nos tumbamos al sol.

Antes de exponernos al sol debemos aplicarnos una crema de protección solar adaptada a nuestro tipo de piel. Como acción previa y complementaria es importante preparar por dentro a nuestro cuerpo para la exposición solar, utilizando los conocidos como fotoprotectores orales. Se trata de la ingesta de sustancias que actúan sobre todo el organismo, de modo que protegen de forma uniforme y constante la piel y por su acción antioxidante previenen el fotoenvejecimiento.

resveratrol

Este tipo de productos están siendo utilizados por personas que desean cuidar su piel de forma más importante, ante los efectos dañinos de las radiaciones solares, sobre todo en verano, que es la época en que las personas nos exponemos más al sol, se dan más casos de insolación, pieles quemadas y todo el mundo quiere estar bronceado. Con la toma de estos productos, se podría decir que buscan un “bronceado más seguro”.

Para preparar la piel de forma adecuada, los fotoprotectores orales se deben empezar a tomar con un par de meses de antelación, así conseguimos que la melanina actúe durante los meses previos a la exposición directa al sol, adecuando la piel y reduciendo el riesgo de quemaduras solares.

Las composiciones de estos fotoprotectores son muy diversas, pero generalmente constan de sustancias con propiedades antioxidantes como pueden ser los carotenoides (betacarotenos, licopenos), polifenoles (resveratrol), ácidos grasos (aceite de onagra o de borraja), vitaminas y minerales.

Los betacarotenos, junto con el aceite de borraja, ayudan a proteger la piel de los efectos nocivos del sol y retrasan el envejecimiento cutáneo. A su vez que intensifican y prolongan el bronceado. Abundan en las frutas y los vegetales de color amarillo y naranja como la zanahoria, albaricoque o el tomate.

Otro polifenol con muchos estudios científicos a favor es el llamado resveratrol. Una de sus propiedades más conocidas es frenar la oxidación de los radicales libres producida por la radiación solar, parece que es capaz de aumentar la longevidad de las células estimulando las proteínas de la longevidad e incrementando la renovación celular y la producción de elastina y colágeno, lo que nos hace tener una piel más firme y tersa.

Las vitaminas que no deben faltar por su capacidad antioxidante son la E y la C. La vitamina E es la vitamina antioxidante por excelencia. Se encuentra en aceite, frutos secos, espinacas y brócoli.

Desde El Naturalista os recomendamos que cuidéis bien vuestra piel, sobre todo en verano ya que somos más sensibles a la exposición la sol y es mucho más perjudicial para nosotros. Estar morenos nos gusta, pero se puede hacer también cuidando nuestra piel y previniendo muchos males. 😉

¡Que disfrutéis del verano!