Polen, el temido de la primavera. Nos lloran los ojos, tenemos moqueo constante, picor en la nariz, e incluso en los casos más fuertes, ataques de estornudos y de asma.

La alergia a las gramíneas es la más común en España, y aumenta cuando las temperaturas se templan y empieza la floración. Este año, las buenas temperaturas han ayudado a que los síntomas se alarguen hasta entrados junio y julio.

Y la solución siempre suele ser la misma: evitar los espacios abiertos como parques, bosques, etc. Pero el polen y los ácaros van más allá de estos lugares y se cuelan en espacios que no esperamos.

Os contamos algunos:

Calzado

Aunque viajan por el aire, los gametos de las flores pueden caer al suelo y quedarse en nuestros zapatos. Por ello, es muy importante cambiar a menudo de calzado y cepillarlo para evitar que el polen entre con nosotros a casa.

Ropa

Igual que en el calzado, podemos llevar puesto lo que nos provoca alergia. Bien sea porque al pasear se ha quedado impregnado en las prendas, o porque al lavar la ropa la tendemos al sol. De hecho, los expertos recomiendan no tender la ropa al aire libre durante las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde, ya que coinciden con el horario de polinización y es cuando hay más riesgo de que se impregnen.

Transporte

Si viajas en coche, mejor con las ventanillas cerradas. Con el calor, tendemos a abrir las ventanillas y esto hace que con el aire entre también todo lo que arrastra. Así, además de que el polen entre directo a nuestra cara, puede quedarse dentro del vehículo. Y si ponemos el aire acondicionado, deberemos asegurarnos de que esté bien dotado de filtros.
Además, el peligro se agrava en las zonas con alta contaminación, ya que esto provoca daños en las vías respiratorias y favorece la rinitis y el asma.

Peluches, alfombras, cortinas y colchones

Con el tiempo, todos estos elementos del hogar acumulan polvo y se convierten en el lugar preferido de los ácaros. Así que se recomienda lavarlos por lo menos una vez cada dos semanas. Pasar bien la aspiradora por las alfombras y asegurarse de ventilar bien los colchones y sábanas de la cama y lavarlas con frecuencia a una temperatura de 30º.

Espacios con butacas

Cines, teatros, restaurantes, aviones, autobuses… Todos aquellos espacios por los que pase gente continuamente, son susceptibles de quedar plagados de partículas. Lo que unos lleven en la ropa o los zapatos se quedará en la butaca, y de ellos pasará al siguiente, y así constantemente.

Mascotas

Por supuesto, los animales son el mayor foco de partículas de polvo y polen. Sobre todo si están en fincas, aunque en los paseos regulares y en casa tienen el mismo peligro. Lo recomendable es pasarles una toalla húmeda al volver de la calle y evitar que duerman en el sofá o en nuestra cama.

Nariz

Los pelos de la nariz actúan como barrera para que las partículas no se filtren a nuestro organismo. Pero si se quedan ahí, seguirán dándonos problemas. Por ello, es bueno limpiarse regularmente la nariz con soluciones salinas y expulsar todo lo que pueda molestarnos.