Ahora ya no hay quien se escape del verano. O tienes una piscina cerca, vives en un sitio de mar, o tienes el mejor sistema de aire acondicionado del mundo, o mueres en el intento.
El calor va en aumento y nuestro cuerpo nos pide más hidratación. Por eso, vamos a proponeros unas bebidas naturales sobre todo con base de fruta, para refrescarnos saludablemente este verano.

Zumo de naranja con frutos rojos congelados

La naranja tiene numerosas propiedades, entre ellas: gran aporte de agua, vitamina C, y minerales que favorecen una rápida recuperación física; gran aporte de ácido fólico beneficioso para las embarazadas; y poder antioxidante, igual que los frutos rojos. Éstos también son muy activos frente a enfermedades cardiovasculares, diabetes, Alzheimer o artritis.

Nosotros elegimos frambuesas y arándanos azules, aunque cada uno puede usar los frutos rojos que más le apetezcan. El hecho de que estén congelados es para darle una textura más espesa y fresca al batido.

Con el zumo de una naranja (si da para un vaso), y un puñado de frutos rojos saldrá bebida para una persona.
También podemos añadirle agua de coco o un chorrito de leche si nos apetece.

Sandía y lima

Se dice que el consumo habitual de la lima previene ciertos tipos de cáncer, combate la acidez estomacal, evita accidentes cerebrovasculares, es complementaria en tratamientos contra la gota y fortalece el sistema inmunológico. Y la sandía contiene vitamina C, vitamina A, potasio, magnesio; y licopeno y beta caroteno, sustancias que tienen potencial para reducir el riesgo de cáncer, además de sus propiedades diuréticas.

Las cantidades a utilizar van un poco en los gustos de cada uno, deberemos equilibrarlas según nos guste más o menos ácido. Pero la medida general es el zumo de una lima por 350gr de sandía.
Se corta la sandía en cubitos, se exprime la lima, se mezcla en la batidora y se sirve bien frío con una rodajita de lima.

Papaya y zumo de naranja

Este es uno de nuestros favoritos, por su sabor tropical y porque si la papaya no está buena o nos ha salido sosa, podemos salvarla con el zumo de naranja.

La papaya es un perfecto aliado de las digestiones, combate el estreñimiento, elimina parásitos intestinales, tiene alto contenido en vitamina C y es una gran fuente de antioxidantes. Además, absorbe los rayos ultravioletas del sol evitando que estos hagan daño a la retina y nos protege contra el desarrollo de cataratas, glaucoma y otras enfermedades oculares crónicas.

Mezcla el zumo de una naranja con la cantidad de papaya que prefieras dependiendo del espesor que busques y tómalo fresquito. Puedes añadir también un poco de leche o agua para hacerlo más líquido.

Plátano, yogur y mango

Esta opción incluye yogur y se puede tomar tanto batido como mezclando el yogur con la fruta cortada.

El plátano es una de las frutas más calóricas que existen (después del aguacate), pero como este segundo, la creencia de que engordan es equivocada, ya que apenas contiene grasas, ayuda a la eliminación de líquidos y tiene efecto saciante.
Es muy rico en azúcares, y en minerales como el potasio y el magnesio, sobre todo.

Y el mango es antioxidante, ayuda al control de peso por ser estimulante del sistema digestivo, tiene propiedades diuréticas, es bueno para las pieles secas y ayuda a la respiración y la oxigenación, despejando las vías respiratorias.

Corta en trocitos la cantidad de fruta que te apetezca, añade yogur natural y un poco de leche, y mézclalo en la batidora. O coloca los trozos de fruta en un bol y añade el yogur para comer directamente.

Como veis, son muchas las alternativas y todas igual de sanas y refrescantes. ¿Se os ocurren más bebidas de este tipo?