Estamos tan acostumbrados a que nos digan que hay que evitar los malos ratos, que a veces nos olvidamos de llorar. Y es algo bueno, muy bueno.

Nuestro cuerpo produce más de 100 litros de lágrimas al año que conllevan numerosos beneficios para el ser humano.

Libera toxinas

Llorar limpia nuestro cuerpo expulsando con las lágrimas las sustancias que elevan el cortisol, que es la hormona que genera el estrés. Y por eso, aunque el problema siga existiendo, nos sentimos mejor después de una buena llorera.

De hecho, un estudio de la Universidad de Florida demuestra que llorar puede mejorar nuestro estado de ánimo mejor que cualquier químico antidepresivo.

Mata bacterias

Las lágrimas contienen una enzima llamada lisozima, que destruye las paredes de las células de las bacterias.

Mejora la visión

Como es lógico, al generar lágrimas limpiamos nuestros ojos y los hidratamos deshaciéndonos de la suciedad o las partículas de polvo que pueda haber en ellos.

En Japón ya hay empresas que se dedican a hacer terapias grupales en las que usan vídeos para hacer llorar a los asistentes. Y lo hacen en grupo porque está comprobado que alivia más fácilmente las tensiones que hacerlo en solitario.

Así que sí: hay que ser felices. Pero cuando haya que llorar, se llora, y no pasa nada.