El limón, el fiel acompañante de todas nuestras bebidas. Y ahora, cada vez más, del agua que bebemos. Pero, ¿es tan saludable como parece?
La respuesta es: depende de dónde te lo sirvan. Si compras tus limones y los consumes en casa puede llegar a ser muy beneficioso.
Pero cuidado cuando vayas a un bar o restaurante…

El Journal of Enviromental Health (Periódico de salud ambiental) ha publicado un estudio en el que se analizaron más de 20 muestras de rodajas de limón de diferentes restaurantes y pubs, encontrando que más del 70 por ciento de muestras contenían una gran cantidad de microbios.

Ahora no suena tan llamativo, ¿verdad?

Los investigadores aseguraron que los microbios encontrados tenían potencial suficiente como para causar enfermedades infecciosas en todo el cuerpo. Eso sí, aún se desconoce la probabilidad que existe de que esta infección ocurra.

Si lo pensamos, tiene su lógica. Las rodajas de limón se cortan con las manos y después van a un recipiente. De ahí, generalmente van a un vaso (si tenemos suerte con una pinza), e incluso se colocan en el borde, el lugar por el que más salivas han pasado.
Teniendo fe en que estos recipientes han tenido una correcta higiene, no tiene por qué pasar nada, y aún así hay posibilidad de que permanezcan microbios en ellos.
Lo que aconsejan es partir las rodajas en el momento, reduciendo la posibilidad de que se generen los microbios en los recipientes.

Lo sentimos, nosotros tampoco volveremos a mirar igual ese apetecible limón en nuestro refresco.