Normalmente no nos paramos a pensar en nuestra postura hasta que no podemos con el dolor de espalda. Y si lo pensamos antes, ¿sabemos realmente cómo debemos sentarnos, estar de pie, caminar, tomar el sol…?

Mantener una buena postura no sólo afecta a los dolores que puedan producirse en nuestra espalda, sino que afecta a nuestro bienestar mental.
Por eso es importante:

Mantener un buen descanso
Y para ello, la mejor postura es del lado izquierdo, en posición fetal y con un cojín entre las piernas. De esta forma el estómago no suelta reflujo y la columna se mantiene recta.
Pero claro, también tendremos que tener en cuenta la calidad de colchón, que sea firme pero no duro y que la almohada recoja todo el hueco que queda entre el colchón y tu hombro, para no tener problemas en la zona cervical.

Aprender a levantarse
Para levantarse de la cama debemos flexionar primero las rodillas, girar lentamente para apoyarnos en un costado e incorporarnos de lado hasta sentarnos, ayudándonos de los brazos.
Y a la hora de levantarse de la silla, apoyaremos primero las manos en el reposabrazos y en su defecto en el borde del asiento, en el muslo o en las rodillas; después nos desplazaremos hacia el borde del asiento retrasando ligeramente uno de los pies, que servirá para apoyarnos e impulsarnos para levantarnos.

Trabajar con una buena postura
Aquí es donde más peligro hay de sufrir dolores, hernias, y todo tipo de molestias musculares. Es el lugar en el que más tiempo pasamos, después de la cama, y casi siempre sentados. Si estamos parados, es bueno tener una banqueta para poder poner un pie encima, alternándolo, y así relajar la zona lumbar. E intercalar el tiempo sentados con pequeños paseos o turnos en pie.
Por la tarde ya será un poco más difícil, el cuerpo está más cansado y va a buscar automáticamente la forma de descanso, que no siempre es la más recomendada. Por eso tendremos que hacer descansos cada 45 minutos y andar 5 minutos, aunque sea por el pasillo, moviendo los brazos al compás. Esto conseguirá que nuestro sistema nervioso se despeje y podamos aguantar sin cruzar las piernas o escurrirnos en la silla de la oficina, sobrecargando peligrosamente la zona lumbar.

Tomar el sol adecuadamente
Si eres de los que aún goza de días de playa o se ha ido de vacaciones al otro hemisferio, ten esto en cuenta. Lo más habitual y recomendado es que estemos sentados o bocarriba, siempre que tengamos los brazos y las piernas libres para favorecer una buena respiración. Sin embargo, si estar mucho tiempo en la misma postura nos causa dolor podemos usar una toalla doblada para flexionar un poco las rodillas.

Pasear o hacer deporte
Para este caso lo más importante es haber entrenado antes, habiendo fortalecido la musculatura inferior, haciendo hincapié en el cuádriceps y musculatura de tronco.

Ser conscientes de nuestra postura al hablar por teléfono
Los expertos desaconsejan coger el teléfono sujetándolo con el hombro mientras escribimos hacemos otra cosa con las manos y mucho menos cruzando las piernas. Ya que eso favorece las hernias discales lumbares por estrangulamiento del disco lumbar debido a la torsión cervical.

Hacer una buena entrada
Nuestra postura, como hemos dicho, influye también en nuestras emociones, y en cómo nos perciben los demás. Por ejemplo, si tenemos una entrevista de trabajo debemos evitar cruzarnos de brazos, bostezar, mordernos los labios y jugar con lo que tengamos a mano, además de mantener una posición erguida, con los pies separados uno de otro con unos 15 ó 20 centímetros de separación, uno ligeramente más adelante que el otro.
La postura es nuestra carta de presentación y debemos cuidarla en cualquier interacción social en la que queramos causar una buena primera impresión.
Siempre andar una postura bien recta, con el pecho hacia fuera y manteniendo las curvas naturales de nuestra espalda, sin forzar.