Puede que parezca una obviedad, pero vivir en un buen barrio hace que nuestra salud mejore. Y no estamos hablando de evitar barrios peligrosos.
El simple hecho de vivir en un lugar con zonas peatonales y en el que los vecinos se saluden al cruzarse por la calle ya hace que tengamos una vida más saludable.

La revista The Lancet ha publicado un estudio que afirma que los vecindarios con áreas de ocio favorecen la actividad física de las personas que habitan en ellos. De hecho, vivir en uno de estos barrios significaría realizar 90 minutos de ejercicio a la semana, un 60% de lo recomendado.

Cómo estén diseñadas las ciudades influye en gran medida en la actividad física de sus residentes. Igual que vivir cerca del trabajo o tener a mano tiendas y restaurantes favorece la vida activa. Si nuestro cerebro considera que estamos a una distancia prudente, seremos más propensos a ir caminando o en bicicleta, que a coger el coche. Y por lo tanto, si andamos varias distancias cortas al día, estaremos ejercitándonos.

Esto ayuda a que tengamos una mejor calidad del sueño, un mejor apetito, descarguemos tensiones acumuladas y nos carguemos de energía gracias a la vitamina D del sol.

Así que si quieres saber si vives en un barrio saludable, sólo tienes que comprobar que:
– Tiene una gran densidad de población
– Cuenta con un buen número de parques
– Tiene varios punto de acceso al transporte
– Buena conectividad entre las calles
– Hay restaurantes y tiendas cercanas