30 de septiembre de 2020

Cómo sobrevivir al cambio de hora

El día 25 cambiará la hora, a las 03.00 horas de la madrugada serán las 02.00 horas. Dormiremos una hora más, pero seremos más propensos a sufrir depresión.

Los seres vivos nos regimos por el ritmo circadiano, que marca en los humanos 8 horas de sueño y 16 de vigilia en el total de un día. Nuestro reloj biológico nos anuncia cuando debemos dormir y cuando estar despiertos.
Cuando se acorta la luz diurna el cerebro lo registra en el hipotálamo y en él se producen cambios en los niveles de las hormonas melatonina y serotonina, influyendo de esta manera en el ritmo circadiano.

Las hormonas mencionadas regulan los ciclos de sueño-vigilia, la energía de la que disponemos para nuestra actividad diaria y el estado de ánimo, por ello si los niveles de producción de estas hormonas disminuye todo lo que regulan también.

Esta es la razón de que con el cambio de hora vengan depresiones leves hasta que el cuerpo se acostumbra al horario. Los síntomas de esta leve depresión son:

1. Tristeza, sentimiento de debilidad y baja autoestima.
2. Mayor sensibilidad ante las críticas e irritabilidad.
3. Sensación de insatisfacción y culpa.
4. Pérdida de interés.
5. Aumento del apetito de carbohidratos y dulces.
6. Cansancio y fatiga.
7. Disminución de la actividad social.

Para sobrellevar estos síntomas, el primer paso es ser consciente de que es algo pasajero y natural, así restaremos importancia a los síntomas teniendo una actitud positiva ante ellos.

Aunque, si nos cuesta, podemos ayudarnos de complementos alimenticios naturales que contengan vitamina C y gingseng. Así como aprovechar el sol que podamos tener para cargarnos de energía.

También se recomienda aplazar el sueño la noche del cambio. Si nos vamos a dormir una hora más tarde de la que lo haríamos normalmente, al final dormiremos las mismas horas y el cuerpo lo recibirá como algo natural.

Otro aspecto importante es la rutina. Habituar al cuerpo a tener un horario específico ayuda a regular los ritmos horarios. Así como cenar ligero y temprano, al menos dos horas antes de irnos a dormir, para favorecer la conciliación del sueño.

¿Estáis preparados?