bebé en cesta de mimbre siendo acariciado

 

En este caso podemos decir que una caricia vale más que mil palabras. Porque la mejor forma de comunicarnos con nuestro bebé es hacerle sentir feliz, a gusto y tranquilo.

Por eso, las caricias son tan importantes como su alimentación y descanso, ya que el contracto piel a piel le enriquece tanto física como emocionalmente. Además, es una forma de reforzar ese vínculo maternal o parental y de disfrutar de la nueva vida con nuestro él.

Nos lo comeríamos a besos y más besos. Abrazos. Mimos. Caricias. Todo nos parece poco demostrarle nuestro amor. Es un instinto natural que nos lleva a cogerlo y estar en todo momento pendientes de él. Y no tengáis miedo a mimarlo en exceso o mal acostumbrarlo porque no es hasta después de los 12 primeros meses cuando aparece este riesgo.

Beneficios para el bebé

Esta simple acción aporta muchísimos beneficios a nuestro bebé:

– Le ayuda a sentirse mejor en su nuevo entorno.

Más confianza hacia ti.

Facilita el funcionamiento de su sistema digestivo e intestinal.

Refuerza las defensas inmunológicas, lo que hace que el niño esté más fuerte ante cualquier dolencia.

– Energía para los prematuros: Se ha demostrado que los niños prematuros, si son acariciados  cuando todavía están en la incubadora, ganan peso con más rapidez.

– Estimula su inteligencia.

– Regula y mejora la calidad del sueño.

Una forma más especial para ayudar a tu bebé a conciliar el sueño es regalarle masajes cotidianos, un hábito que le ayudará a tener un sueño más tranquilo y profundo. Sin olvidar que esto también es un beneficio para los padres porque si ellos descansan, nosotros también.

El momento ideal, es hacerlo entre comidas. Ni cuando tenga hambre ni inmediatamente después de comer.

Para estos masajes muchas personas utilizan aceites naturales o cremas para bebés, lo que hace todavía más agradable la sensación. Pero también es recomendable asegurarse de que nuestro hijo no es alérgico a nada, por eso recomendamos consultar antes con el pediatra.

Desde El Naturalista os recomendamos que disfrutéis de vuestro bebé. ¡Y a regalar caricias!