La soja, originaria del norte y centro de China, ha sido y sigue siendo un alimento milenario de los pueblos de Oriente. Se considera una de las cinco semillas sagradas junto con el arroz, trigo, cebada y mijo.

El valor nutricional de los productos derivados de la soja viene dado por la cantidad y calidad de sus nutrientes, que son sustancias digeribles y asimilables por el organismo.

La lecitina es un fosfolípido, una mezcla compleja de grasas, ácidos grasos esenciales, fósforo y vitaminas del grupo B (colina e inositol). En el organismo, los fosfolípidos ayudan a mantener en suspensión el colesterol sanguíneo e impiden que se deposite en las paredes arteriales y venosas.

La ingestión de lecitina de soja es adecuada para prevenir la formación de colesterol y otros lípidos. Según se ha demostrado en estudios experimentales, la lecitina de soja favorece la movilización del colesterol hacia la bilis.

La lecitina de soja se emplea también como aditivo en la industria alimentaria por ser un excelente antioxidante natural y un emulsionante.

El hecho de que la lecitina de soja se pueda calificar como IP (Identidad Preservada), quiere decir que es una lecitina elaborada con soja NO GMO (no modificada genéticamente), certificada desde el origen – cultivo de soja- hasta el producto terminado.

Puedes incluirla en tu dieta de muchas formas, pero siempre asegurándote de que es natural.